Quisiera morir, morir de veras, no como un decir,
morir, no del todo, sino unos meses,
romperme, deshacerme en cachitos,
tantos como las bocas de mis gusanos,
dormir en un estómago transparente
sin pompas ni artificios,
morir allí, sí, solo, unos cuantos meses,
lo suficiente,
para ser vómito el próximo otoño,
como una colección para ingenuos,
buscadores,
de una vida por fascículos.
No necesito ser otro,
solo volver a ser armado,
con la lentitud del quiosquero,
o el mascar de mis gusanos,
solo pido,
que pierdan un par de piezas,
y pongan en su lugar,
un par de instantes cercanos,
y que, por favor, me dejen morir,
de vez en cuando.
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